Los automatismos para puertas correderas son los más confiables y pueden vencer, si es necesario, ciertos desniveles del terreno.
El acople del piñón de ataque del motor a una cremallera dentada en la hoja de la propia puerta, es el mecanismo para la transmisión del movimiento. Esta cremallera puede ser oculta.
Los motores son silenciosos y pueden estar equipados con arranques o paros suaves, y también con mecanismos de embrague con regulación de la fuerza. La velocidad puede ser regulada para conseguir los resultados esperados.
El conjunto se puede controlar con mandos a distancia o apertura desde teléfonos móviles, y asistir con luces de señalización de emergencia, lazos magnéticos para la detección de vehículos en uno o en ambos lados de la puerta, y naturalmente con la temporizacón de la maniobra para un cerrado automático.
Como medidas de seguridad contra accidentes se equipa con célula fotoeléctrica, bandas de detección por contacto o sistema de detección de sobreesfuerzo del motor. Estos sistemas van apoyados con un sistema de freno que elimina la inercia de la puerta en caso de un paro de emergencia inmediato.
En caso de fallo de suministro eléctrico se pueden operar manualmente sin esfuerzo desbloqueando el motor mediante una llave de seguridad. Aunque se puede equipar al conjunto de un sistema de alimentación ininterrumpida basado en baterías recargables e incluso en lugares sin suministro eléctrico con el soporte de paneles solares fotovoltaicos.